lunes, 16 de junio de 2014

Subesse in Tenebris

SUBESSE IN TENEBRIS
(EL RESURGIR DE LAS TINIEBLAS).
PARTE 3.
Capítulo 1.
(25 años después).
Los pájaros cantan en aquel lugar donde estaba Sara y su padre.
Los dos dormían en un escondite. Un lugar que ningún guardia podía encontrar.
El sol ya estaba asomándose por el horizonte, y los rayos penetran aquel escondite secreto.
Uno de esos rayos choca en el ojo derecho del padre de Sara. Con su mano derecha se tapa. No quiere despertar. Por una vez en muchos años durmió con su hija, como cualquier padre lo haría.
La protegió, de aquel malvado que gobierna este mundo.
Una vez, que no pudo tapar sus ojos, los abrió muy lentamente. La luz lo segaba. Pero, muy lentamente la vista volvió a su normalidad.
Miro hacia su izquierda, y ahí estaba la pequeña Sara, durmiendo como un ángel.
Él se levantó muy lentamente de aquel colchón improvisado de pasto y hojas de los árboles.
Camino hacia la entrada del lugar y se fue en busca de comida. Este era el horario en que los guardias no andaban por los alrededores, pero tenía que ser rápido, los guardias no descansan tanto.
Una vez que salió de la guarida, camino por el bosque muy tranquilo y mientras tanto recolectaba algunas frutas que tenían los arboles de aquel lugar.
No elegía cualquier fruta, elegía la fruta perfecta. Cuando ya vio que tenía todas las frutas que él creía necesarias, volvió.
Caminaba con una sonrisa en su rostro. Estaba feliz, estaba siendo aquel padre que nunca fue para Sara.
Hoy iba a ser aquel día perfecto que nunca tuvo junto a su hija.
Ya estaba llegando a su escondite. Estaba  a unos pasos de atravesar esas enredaderas que servían de puerta.
Su sonrisa seguía intacta. Nada iba a detener su felicidad.
Pero cuando atravesó aquellas enredaderas, vio lo peor.
Una serpiente de color negra estaba enroscada al lado de ella, estaba con la posición de ataque que tienen estos reptiles. La lengua de la serpiente salía una y otra vez de su boca. Olía el miedo, pero no el de Sara que estaba durmiendo, sino el miedo del padre de la pequeña. El miedo circulaba como la niebla en una noche oscura, nada más que no se puede ver.
El padre de Sara, no sabía qué hacer, quedo paralizado. La serpiente seguía inmóvil. Solo su lengua salía y volvía a entrar.
De pronto, la pequeña Sara se mueve. La serpiente se preparó, su cabeza se hundió en su propio cuerpo formando una curvatura detrás de su cabeza. El animal esperaba el momento justo.
Sara volvió a moverse, la serpiente estaba inmóvil.
Hasta que, de pronto, la pequeña Sara se despierta, y levanta la mitad de su cuerpo quedando sentada en aquel colchón de hojas y pasto. El padre al ver esto, grita:
                     -. ¡¡¡¡NOOOO, SARAAA!!!!.-
Pero, era muy tarde. Fueron quizas tres segundos. Cuando la serpiente se estiro con toda su fuerza hasta llegar al cuello de Sara. Mordió con toda su fuerza, justo en la yugular, justo en la arteria.
Sara grito con todas sus fuerzas.
La serpiente soltó su veneno, hasta que saco sus dientes del cuello y como llego sigilosamente, se fue.
Las frutas que el padre de Sara tenía en sus manos, se cayeron al suelo.
El corrió hacia donde estaba ella. La niña tocaba su cuello, vio que en sus manos tenia sangre mezclada con aquel veneno.
Su padre la abrazo, comenzó a llorar y sobre el hombro de la pequeña, vio como la serpiente salía de aquel escondite que los guardias no encontraron, pero que ella si encontró.
                          -. ¡Perdóname hija, no tendría que haberte dejado sola!.- dijo el padre.
Sara no respondía.
                          -. Siento como si tuviera fuego en mi cuello, papá.- dijo la pequeña después de unos segundos.
                          -. Yo te llevare. Te sacare de aquí. Alguien nos va ayudar.- dijo el padre.
Levanto a Sara con todas sus fuerzas y salió a toda velocidad en busca de ayuda.
                          -. Resiste hija, por favor.- decía el padre una y otra vez con lágrimas en los ojos.
La niña no respondía, hasta que dijo:
                          -. Me arde, papá. Me quema por dentro.-
                          -. ¡¡¡Resiste, hija.- decía el padre agitado, casi sin aliento.
De pronto, Sara dice:
                         -. Espera papá. Ya no corras, no sabes a donde llevarme. Mejor has una cosa, llévame al lago. Quiero ir ahí contigo.-
El padre, la miro. Las lágrimas, corrían como cascadas en sus mejillas.
El entendió lo que iba a suceder.
No estaban lejos de aquel lago que dijo Sara.
Entonces decidió ir hacia allá.
Mientras se iba acercando al lago, podía sentir que el cuerpo de Sara estaba más flojo. Los brazos de la niña que enroscaban su cuello, ya no lo hacían con la fuerza como cuando salieron del escondite.
                                -. Aquí estamos hija.- dijo el padre.
La niña movió su cabeza y vio el lago. El sol parecía que se encontraba en el agua. Algunos patos nadaban en aquel lugar de agua cristalina. Los peces nadaban con tranquilidad. Ellos no sabían que estaba sucediendo.
                         -. Bájame, papá.- dijo Sara.
Tomo la mano izquierda del padre, no tenía fuerzas. Ni siquiera para caminar, ya que cuando dio el primer pasó, cayó de rodillas al pasto.
                        -. ¡¡¡Hija!!!.- dijo él.
 La pequeña se puso de pie, lo miro a él y le dijo:
                        -. Disfrutemos de este hermoso paisaje que nos da este lugar.-
Unas lágrimas, recorrieron nuevamente las mejillas de aquel hombre que ahora demostraba tener sentimientos.
                        -. No te vayas, Sara.- le suplico con voz temblorosa.
                       -. Nunca me voy a ir, papá.- dijo la pequeña, mientras su mano soltaba lentamente la de el.
Iba  cayendo muy lentamente, la brisa movía su cabello, sus ojos se iban cerrando muy lentamente. Todo pasaba en cámara lenta, hasta que sus ojos se cerraron por completo.
Y ya nada sentía la pequeña Sara.
Pero, antes de que caiga sobre el pasto…
(25 años después).
                            -. ¡Mamá!, ¿ estás ahí?.-
Sara abrió la puerta, era su hijo Zabut, había regresado del trabajo.
                           -. Hola mamá, ¿ cómo estás?.- pregunto Zabut.
                           -. Bien, hijo.- respondió Sara.
Luego, Zabut entro. Dejo sus cosas del trabajo y se fue hacia el living de la casa a mirar televisión.
Sara muy lentamente, subió las escaleras y se fue hacia el baño de su cuarto.
Se miró al espejo, y vio que ya era toda una mujer.
Tenía 37 años, y su hijo tenía 25 años.
Toda una vida paso, todo estaba bien. Ella estaba feliz con su hijo el, la cuidaba. Él era el hombre de la casa.
Luego de mirarse al espejo, fue hacia su cama, debajo de ella saco una caja negra.
La puso sobre sus piernas, la abrió. Ahí tenía las cosas que ella creía que eran importantes en su vida.
Tomo una foto que tenía ella con su padre, recordaba muy bien cuando se la había tomado, fue para navidad, la única navidad que ella recuerda.
Luego, la dejo a un costado, y tomo una carta.
Una carta de una persona que ella extrañaba, una persona que la trajo a este país, Austria.
Era una carta de Gloria. Una carta que le dejo antes de marcharse.
La abrió, pero antes de leerla, entro Zabut al cuarto y vio lo que la madre tenía y le dijo enojado:
                            -. ¡Madre!, ¿otra vez recordando viejos tiempos que no volverán jamás?.-
 Sara levanto su cabeza, lo miro y le dijo:
                           -. Con recuerdos mantenemos presentes a aquellas personas que ya no están con nosotros, hijo. Algún día cuando yo muera, vos harás lo mismo.-
Zabut se sentó al lado de ella, tomo la carta y la foto y la guardo en la caja. Luego la cerró.
                            -. Ahora estoy yo aquí, madre. Y no voy a dejar que nada ni nadie te haga daño, ¿sí?.- dijo Zabut.
 Luego, la abrazo muy fuerte.
Ella se sentía protegida.
Zabut estaba con ella.


domingo, 2 de marzo de 2014

Desde el cielo


Desde el cielo.
Parte 16.
Lunes 31 de diciembre 2012.
12:00hs
Ya pasaron tres días desde que mi hermana nos dejó.
Por suerte, las radios y los programas de televisión ya están al aire contando todo lo que sucedió.
Nadie puede explicar nada. Tan solo dicen hipótesis, pero nadie tiene nada en claro.
Los únicos que están seguros de lo que dicen, son las personas que forman parte de las religiones.
Ellos están totalmente seguros que DIOS fue el que hizo todo esto, ahora algunos esperan la llegada de Jesús.
No creo que pase más nada.
Tres días sin las trompetas y sin nada raro. El cielo esta azul como el mar.
Mi madre, mi padre y yo estamos reconstruyendo nuestra casa.
Por suerte, nuestro vecino nos acobija en su refugio.
Mi padre dice que quizás en menos de dos meses ya tendremos algo en donde vivir.
Por otra parte, la municipalidad de este pueblo, ya puso manos a la obra y aunque hubo mucha destrucción, pudieron acomodar bastante al pueblo.
Los soldados salieron a las calles a ayudar a la gente.
Y aunque ellos estén, la gente se ayuda entre sí.
Hoy es el último día del año, mañana será un nuevo año y quizás empezaremos el año, reflexionando en lo que paso, recordando a la gente que murió.
13:30hs.
Después de estar ayudando a mis padres con el tema de la nueva casa, nos fuimos a comer con nuestros vecinos. Estábamos sentados afuera, sentados debajo de un árbol. Disfrutando el día.
Estábamos todos contentos y tristes al mismo tiempo. Porque, estamos volviendo a la normalidad, pero no tenemos a nuestros seres queridos.
13:45hs.
Estábamos comiendo, mientas escuchábamos la radio.
Nadie hablaba, solo comíamos.
Pero algo sucedió, todos en la mesa escuchamos lo que no queríamos.
Las trompetas del apocalipsis.
Tratamos de tragar lo que estábamos masticando.
Pero algo ocurrió. Algo que nunca me voy a olvidar.
Fue de otro planeta.
Los seis miramos al cielo y vimos como una especie de objeto volador venia bajando.
Mientras mirábamos como descendía ese objeto, escuchábamos que en la radio estaban relatando lo mismo que estábamos viendo.
Según el conductor del programa en todo el mundo está ocurriendo. ¿Cómo lo sabe?, se preguntaran. Internet fue lo primero que se arregló en el mundo y muy pocos tenían computadoras. Pero esto no importa ahora.
Seguíamos mirando el cielo o mejor dicho, seguíamos mirando ese objeto que venía bajando.
Muy lentamente descendía, nosotros mirábamos.
Mientras bajaba, se podía escuchar el sonido de las trompetas, que al final nos dimos cuenta de donde salía el sonido apocalíptico.
No sé a qué altura estaba este objeto, pero si podía saber que era grande.
El objeto o nave u ovni, como ustedes quieran llamar. Era de una forma un poco rara, no era la clásica nave como los cómics o historias lo muestran o cuentan.
Esta era diferente.
Era de forma alargada hacia los costados. Parecía que tenía alas y justo en el centro de la nave tenía un círculo que seguramente era el centro en donde se manejaba la nave y en donde estaban los demás tripulantes.
14:00hs.
De pronto, vemos que la nave se queda estática. Estaba suspendida en el aire, pero no dejaba de hacer sonar ese sonido apocalíptico.
Los seis nos fuimos hacia la calle y ahí nos dimos cuenta que no era la única que estaba suspendida en el aire.
Nos cuantas había, quizás miles de naves. Se podían ver.
Nadie hablaba en este momento, todos estábamos callados.
Ni siquiera nos dimos cuenta de que toda la gente estaba en la calle, mirando hacia el cielo.
Esto es muy raro, realmente raro y tenebroso al mismo tiempo.
Tengo miedo, ¿Qué va a suceder?.
14:15hs.
Todos estábamos asustados, hasta que el sonido en las naves dejó de sonar.
¿Que pasara ahora?, me pregunte.
Baje la mirada y mire a mi madre y a mi padre. Estaban tomados de la mano. Asustados igual que yo.
Del silencio que se hizo podía escuchar la radio que seguía relatando.
Todo esto parecía una película de ciencia ficción.
La gente esperaba que algo sucediera. No sabían qué, pero estaban esperando algo.
14:20hs.
De pronto, una luz se pudo ver en el centro de la nave y pudimos ver que empezaron a salir otras naves mucho más pequeñas.
Nadie se movió de su lugar. O mejor dicho no podíamos movernos.
Por alguna razón, no podíamos movernos de nuestro lugar. Parecía que nuestras piernas estaban pegadas al suelo.
Las naves se acercaban cada vez más, venían muy rápido.
Se acercaban a una velocidad que no puedo describir, pero lo que sí puedo decir, es que es un abrir y cerrar de ojos las naves ya estaban con nosotros. Estaban aterrizando muy lentamente.
Mi madre lloraba, mi padre trataba de calmarla. Pero no podía.
14:25hs.
La nave había aterrizado. Mirábamos esperábamos a ver que iba a suceder.
De pronto, una gran puerta se abre deslizándose hacia arriba muy rápido y una rampa sale por debajo de esa puerta, apoyándose en el piso.
No se podía ver hacia adentro.
Estaba oscuro.
14:30hs.
Pero, de repente, algo atravesó la oscuridad. Una alienígena o extraterrestre o ser de otro planeta o como se llame estaba caminando por la rampa.
Mi corazón comenzó a latir muy rápido.
Era muy alto, sus brazos se veían fuertes. Era de color verde claro, su cara era como la de una serpiente o parecido a ella.
Sus manos tenían cinco dedos como nosotros.
Estaba vestido como un gladiador o algo parecido.
Tenía como una especie de pechera como de hierro. Abajo tenía como una especie de taparrabo o algo así.
En sus muñecas llevaba muñequeras que por lo que se podía ver eran de oro, al igual que sus anillos y sus aros.
Sus ojos eran como el de un reptil.
Tenía mucho miedo, no sabía qué hacer.
Detrás de él, salieron otros dos. Igual que él.
Caminaron hasta donde estábamos nosotros.
Y se pararon frente a nosotros.
Nadie decía nada, o nadie sabía que decir en una situación así.
Pero, algo tenía que hacer. Algo tenía que decir. Nadie iba a decir nada.
Nos miraban, nos estudiaban.
Hasta que no pude soportarlo y pregunte:
                              -.¿ qué es lo que quieren de nosotros?.-
14:50hs.
El primero que había salido de la nave, me miro con sus ojos de serpiente.
Camino hacia mí.
Era realmente alto, quizás más de dos metros veinte. Y podía ver ahora que estaba más de cerca que tenía escamas por todo su cuerpo.
El extraterrestre me miraba, no decía nada. ¿Por qué no hablaba?, quizás no entendía nuestro idioma.
Pero rompió el silencio y dijo:
                                        -. Estamos aquí para hacer una misión.-
Mi corazón estaba por estallar.
                                      -. ¿Qué misión?,¿ van a matarnos a todos?.- pregunte.
El extraterrestre me miro fijo, sus ojos eran hipnóticos.
                                    -. Venimos a llevarnos a los imperfectos de este mundo.- me respondió.
Yo me asombre por su respuesta.
                                    -.¿imperfectos?, ¿Quiénes son los imperfectos?.- volví con mis preguntas.
El extraterrestre respiro.
                                    -. Nosotros vinimos hace miles de años a este planeta. Teníamos la misión de extraer oro, un recurso que ustedes explotan desde aquellos tiempos hasta ahora para nosotros. Pero, algo están haciendo mal. Se están destruyendo entre ustedes. No solo con guerras sino con todo lo que al humano le hace mal. Ya una vez como lo cuenta en ese libro que ustedes leen que se llama LA BIBLIA, los liquidamos a todos, pero tan solo dejamos a los perfectos. No estamos dispuestos en hacer otra gran inundación, por eso decidimos venir a llevarnos a los imperfectos y dejar a los que para nosotros son los perfectos para este planeta, aquellos que cambiaran este mundo.- me respondió.
                                 -. ¿ Nos llevaras a todos?.- pregunte.
                                -. No, llevaron a los ladrones, asesinos, creadores de esas sustancias que los humanos consumen para creer tener nuestra visión, políticos corruptos, jueces, a la fuerzas de seguridad, todas las armas que tengan en este planeta. Todo nos llevaremos, todo aquello que este destruyendo este planeta.- me respondió.
No dije nada. Tan solo lo miraba a sus ojos. Luego, él me dijo:
                              -.aquellos que queden en este planeta llamado tierra, será libre de todo mal, podrá andar por la tierra. Pero, estarán aquí por una razón, que fue la que hizo que los creáramos. Para que trabajen para nosotros. Para eso están aquí en la tierra, sus dioses no existen, nosotros que venimos de un planeta alejado de aquí, somos sus dioses. No hay ningún dios después de la muerte, no existe aquel cielo que ustedes creen tener. Ustedes están para trabajar, para enriquecernos y salvarnos de que nuestro planeta nos aniquile.-
Luego, dio media vuelta y camino muy lentamente hacia su nave.
Pero antes de que se vaya le pregunte:
                                  -. ¿Ustedes crearon todas estas cosas que pasaron?.-
El extraterrestre giro y me miro.
                                -. Nosotros hicimos todo, nosotros los vigilamos todo el tiempo. Y llegamos a la conclusión de que cuando nos llevemos a los imperfectos, todo estará bien y esta tierra la gobernaran las personas que la merecen, no aquellos que la destruyen.-
Una vez que dijo esto, giro nuevamente y camino hacia su nave con los otros dos.
Camino por la rampa y atravesó la puerta de la nave que se deslizo hacia abajo y se cerró. Luego la rampa volvió al lugar de donde salió.
15:00hs.
La nave muy lentamente fue despegando, se elevó hasta llegar a la nave más grande.
También lo hicieron las otras.
Ya podía sentir mis piernas, podíamos movernos.
Mire a mi madre y a mi padre y les pregunte:
                         -. ¿Escucharon lo que dijo?.-
Los dos con sus cabezas me dijeron que no.
El sonido de las trompetas volvieron, las naves lo hacían al mismo tiempo.
De pronto, vemos que en el centro de la nave, se ve una luz. Todas estaban igual.
Hasta que todas las naves sonaron con todas sus fuerzas y aquellas luces brillaron tan fuertes que nos dejó ciego a todos. No veía nada.
Lo único que sentí, fue como una onda expansiva me golpeo y me tiro al suelo.
Luego de la caída, abrí mis ojos, estaba aturdido. No entendía nada.
Me pare como pude y mire a mi alrededor, mi vecino con su familia estaban tirados en el piso.
Mis padres, no estaban. ¿Dónde están?, me preguntaba.
¡no!, se los llevaron, pensaba.
Pero escucho la voz de mi madre, pero no podía verla, mi vista estaba nublada, mi mente aturdida. Seguía escuchando a la voz de mi madre.
Hasta que, pude verla, estaba tirada en el piso. Corrí hasta ella, la levante.
                        -.¿ dónde está papá?.-
                        -. No lo sé, Maxi. Él tenía mi mano, pero luego de eso, no lo sentí mas.- me respondió.
                       -. ¡¡¡NOOOOOOOOOOOOO!!!.- grite con todas mis fuerzas.
Los extraterrestres se habían llevado a mi padre. ¿Por qué a él?, no era una mala persona o quizás nosotros no sabíamos en verdad quien era.
15:15hs.
La radio seguía transmitiendo, decía que todas las naves generaron una fuerte luz. Se llevaron a muchos seguramente.
Esto es increíble. ¿Qué voy hacer ahora?, me pregunto.
Tome de la mano a mi madre, caminamos hacia la calle y nos paramos en el medio.
Miramos para arriba y vimos a las naves irse. Desaparecieron, dejando silencio en la tierra.
Muchas cosas sucedieron, perdimos a muchos.
Nunca nos vamos a olvidar de estas cosas que vinieron desde el cielo.
La nueva era comenzó.
                                                                               
                                                                                                    FIN.

                                                   T.R.

Desde el cielo

Desde el cielo.
Parte 15.
Viernes 28 de diciembre 2012.
10:00hs.
No pude dormir en  toda la noche.
Mi hermana está muerta y hoy será su entierro.
Pase toda la noche mirando el techo, pensando hasta donde llego todo esto.
Ahora mi hermana esta tapada con una manta como si fuera una momia.
Nuestro vecino, ya fue a enterrar a su hijo.
No sé cuándo iremos a enterrar a Lucrecia, lo único que sé, es que no tengo ganas de salir.
No tengo ganas de hacer nada. Quiero morir.
13:00hs.
                                   -.¡Maxi!, ya es hora.- me dijo mi madre con algunas lágrimas en los ojos. Luego, se fue.
Yo me quede en el colchón. No quiero ir a enterrar a mi hermana como si fuera un animal. No tenemos un cajón en donde ponerla. No podría soportar ver eso.
13:15hs.
Escucho que llaman a la puerta del cuarto. Es mi padre, pero no tengo ganas de hablar con él. No quiero ver a nadie.
No quiero hacer nada. ¿No se dan cuenta?.
Creo que no es un buen día para escribir. No es bueno que lean mi sufrimiento.
Hoy no contare mi día o nunca se enteraran.

Dejare de escribir por hoy o no sé hasta cuándo.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Desde el cielo




Desde el cielo.
Parte 14.
Jueves 27 de diciembre 2012.
10:30hs.
Mis ojos se volvieron a abrir. Por suerte, pude dormir bien después de todo lo que sucedió ayer.
¡Qué suerte que tuve!, pensé. Si no hubiera sido porque encontré a mi padre, no sé si estaría acá.
Creo que es hora de levantarme.
Frote mis ojos y me estire en el colchón, luego me levante.
11:30hs.
Estoy sentado solo. No sé dónde están todos.
Comí algo en el comedor de este refugio. Todo estaba en silencio.
Me pregunto; ¿Dónde están todos?.
Me levante de la silla y me fui.
Atravesé la primer puerta de hierro y camine por el pasillo. Se podía ver a lo lejos que la otra puerta estaba abierta.
Ya estoy frente a la segunda barrera de hierro. La empujo fuerte y aquella luz que entraba de afuera era tan solo una lámpara.
Todo seguía oscuro.
Me pregunto, ¿Cómo hicieron para conseguir luz?.
12:30hs.
Estaba parado en mi casa o mejor dicho en lo que queda de ella.
Por suerte, aquella lámpara me dejaba ver algo.
Comencé a buscar entre los escombros, pero todo estaba destruido. No quedaba nada aquí.
Pero no voy a darme por vencido.
Busco y busco. Muevo escombros pero nada encuentro.
De pronto, ¡sí!. Encontré algo.
Un comic de Superman. Por lo menos hoy, no voy a aburrirme.
Seguí buscando y encontré la pantalla de mi pc, vaya a saber dónde debe estar el resto.
13:20hs
Una linterna me alumbra, giro mi cabeza, tapo mis ojos con la mano derecha y escucho que me dicen:
                                                  -.¡Maxi!.-
Era mi padre.
Camine hacia donde estaba el y una vez que me acerque. Mi padre me pregunta:
                                                -. ¿Estás bien?.-
                                                -. Si, papá. ¿Dónde está mamá?.-
                                                -. Tu madre ahora viene. Esta con los demás. Fueron a buscar comida.- dijo mi padre.
                                                -. No me digas que están robando.- dije sorprendido.
                                              -.Maxi, a los lugares que fuimos, ya estaba saqueados. No fuimos los primeros en hacer esto. Ahora por favor, ayúdame con esto.- dijo.
¿Qué podía decir?, ya casi no había nada para comer y no sabemos cuánto puede llegar a durar esto.
Entramos todo al refugio, y justo cuando entramos con lo último. Escuchamos que se abría la puerta de adelante.
Era mi madre y los demás.
También traían comida.
Todos me saludaron, luego se pusieron a acomodar todas las cosas.
14:50hs.
                                            -.¿cómo hicieron para tener luz?.- pregunte.
                                            -. Encontramos un grupo electrógeno en una casa que estaba destruida, lo trajimos y después con tu papá, verificamos que este intacto. Despues buscamos nafta de algunos autos que están abandonados en la ruta y bueno…luego funciono. Tenemos luz eso es lo importante.-
No respondí, solo hice un gesto con mi cara.
15:00hs
Estaba aburrido, afuera no se podía ir con la oscuridad que hay y con lo que me sucedió ayer, no quería salir.
Era mejor tirarme en el colchón del cuarto de los chicos que estar acá sentado sin poder hacer nada.
Me levante y me fui al cuarto.
Me tire en el colchón y me quede mirando el techo.
De pronto, entra mi hermana y se acuesta en su colchón.
Por suerte, los niños estaban en el comedor.
Estábamos en silencio, hasta que mi hermana me pregunto:
                                            -.¿ crees que esto va a terminar en algún momento?.-
                                            -.no lo sé.- respondí.
                                           -. Extraño a mis amigas, las redes sociales. No me quiero imaginar cómo me podría sentir si esto no cambiara nunca.- dijo Lucrecia.
                                           -. Yo creo que esto va a terminar en algún momento. No sé cuándo, pero va a terminar.- dije.
                                          -. Lo importante es que estamos juntos.- me dijo mi hermana.
                                          -. Claro, sin casa pero unidos.- acote.
Al decir esto, nos reímos los dos. Luego  vino el silencio nuevamente. Unos minutos después me dormí.
17:00hs.
Un grito me despertó, creo que era el de la mujer de mi vecino.
Mi hermana no estaba en su colchón.
Me levante y fui rápidamente hacia el comedor.
Ahí vi que justo mi madre atravesaba corriendo la puerta. Al ver esto la seguí.
La puerta que divide el interior con el exterior estaba abierta y se podía escuchar el sonido de las trompetas del apocalipsis.
Corrí con todas mis fuerzas, hasta que alcance a mi madre y la tome de la mano.
Todos estábamos afuera mirando el cielo, hasta que de pronto, vimos como el sol se comenzaba a destapar.
Se podía ver muy lentamente al cielo volverse celeste como era antes.
Era una escena única, mientras las trompetas del apocalipsis, no paraban de sonar.
Creo que no fueron más de dos minutos que tardo en despejarse el sol.
Fue hermoso ese momento.
17:02hs.
Las trompetas seguían sonando.
Como puede ser que sigan sonando, es imposible. Ya paso todo.
Algo anda mal.
De pronto, el hijo más grande de mi vecino cae desmayado.
Mi vecino con su mujer y su otro hijo  lo agarraron.
                                        -. Hijo ,¿estás bien?.- decían.
Pero el pequeño no respondía.
Algo anda mal aquí.
Todos nos pusimos nerviosos, por lo que estaba sucediendo, tratábamos de ayudar pero no podíamos hacer nada.
Hasta que mi vecino, puso su oreja en el pecho y se dio cuenta de que el niño estaba muerto.
Mi vecino y su familia comenzaron a llorar sin parar.
De pronto, mi hermana mira a mi madre y a mi padre y les dice:
                                    -. Mamá, papá. Perdón. Me hubiera gustado seguir.-
                                    -. ¿Por qué decís eso, Lucrecia?.- pregunto mi madre.
                                   -. Maxi, cuida a mamá y a papá. Si la gente fuera como vos, nada de esto estaría pasando. Sean buenos.- luego de decir esto, cae igual que el pequeño. Mi padre toco su pulso, trato de reanimarla, pero era imposible, ya no había nada que hacer.
Toda mi vida junto a mi hermana paso en un abrir y cerrar de ojos.
Mi madre y mi padre, cayeron de rodillas. Yo los miraba.
¿ Que podía hacer?. Mi hermana estaba muerta.

Mi hermana estaba muerta.